14 de abril de 2008

Explorando un poco más…

Saliendo de la laguna y siguiendo hacia el sur por ruta 205, entre la laguna y la ciudad de Salvador María, se accede por un camino de ripio y previo cruce de vía, al camping del Automóvil Club Argentino. En esta imagen me detengo porque me pareció maravillosa.
Viéndola sólo se me ocurre decir lo que sale de mi corazón y que alguna vez leí de Richard Bach en “Puente al Infinito”…

""Creemos a veces, que no queda ni siquiera un dragón. Ni un caballero andante, ni una sola princesa deslizándose por secretos bosques, encantando con su sonrisa a los venados y a las mariposas. Creemos a veces que nuestra era ha dejado atrás toda frontera, ha dejado atrás toda aventura. El destino está lejos por sobre el horizonte; las sombras refulgentes pasaron al galope tiempo ha, y han desaparecido. ¡Qué gusto equivocarse! Princesas, caballeros, hechizos y dragones, misterio y aventura... no sólo existen aquí y ahora: ¡son todo lo que siempre vivió sobre la tierra! En nuestro siglo han cambiado vestimentas, por supuesto. Los dragones hoy usan ropajes de gobierno, y trajes de fracaso, y equipos de desastre. Los demonios de la sociedad, bajan en remolino hacia nosotros, si apartamos del suelo la mirada, si osamos girar a la derecha en los recodos donde nos fue ordenado virar hacia la izquierda. Tan hábiles se han vuelto las apariencias, que princesas y caballeros pueden esconderse las unas de los otros, y pueden esconderse de sí mismos. Empero, los que dominan la realidad aún nos salen al encuentro de nuestros sueños, para decirnos que jamás perdimos el escudo necesario para enfrentar dragones, que un voltaje de fuegos azulados ondula por nosotros ahora mismo, para cambiar el mundo tal y como gustemos. La intuición nos susurra, veraz: "¡No somos polvo, sino magia!"

Algo parecido le pasó a ese tren que se fue allá por el 93 quizás por este túnel y que sé que un día regresará porque hay princesas y caballeros tratando de recuperarlo, tratando de luchar contra los dragones con sólo el poder de la magia, de la magia del amor a nuestros pueblos que resisten estoicamente a pesar de no escuchar desde hace tiempo el sonido de la bocina del tren.

2 comentarios:

Juliana Boersner dijo...

Aún esperan (cuidan) al tren lo árboles. Es absolutamente conmovedor e impresionante, Adri.

Un beso

Adriana López Taddei dijo...

Gracias Juli, no dan ganas de meterse en ese túnel e ir a buscarlo? Al tren y a esos pasajeros que alguna vez viajaron en él... El lugar es absolutamente fascinante!!!